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lunes, 16 de diciembre de 2013

PARA LA REVISTA "AMIGOS DE LA MÚSICA ZULIANA" -AMUZ-



 EL SONIDO EN LA MÚSICA
        
         Se ha tenido por dicho -tras algunas articulaciones barrocas-, que es probable que el sonido en la música sea un equivalente de la literatura, o un sucedáneo químico de la poesía. O, lo que es lo mismo, el eco de un pronunciamiento destinado al ditirambo estilístico, asociado a la tesitura del hecho vocal, que incluye el instrumento, el creador y su obra.
         Igual que la cultura se manifiesta en los actos y en los artefactos, la música apunta haciarepresenta el comportamiento del sonidoos actos y en los artefactos, la m el comportamiento del sonido a través del suceso fónico de un instrumento, bien sea de cuerda, viento o percusión; como proeza del arte.
         Por tanto, la forma consagrada o la materia prima de la música, procede de la mezcla del sonido con el silencio, y, de las cualidades, características y rangos de los entes armónicos trazados en las paralelas del  pentagrama y sus relaciones, que a los efectos de la heurística o técnica de la creatividad e indagación, se recurre.
Premisa tras la cual pareciera que, al hombre, no le cupiera otro destino mejor que el de acordar su giro con la historia, para catalogar e inventar una serie de reglas básicas fundacionales, hasta llegar al tipo de lenguaje musical que hoy conocemos universalmente como danza, contradanza, vals, bolero, gaita, villancico, bachata dominicana, etc.; además de otras modalidades nombradas clásicas, como lo son el minué francés, el jazz norteamericano, la zarzuela española, o la ópera; un género de música teatral, en el que una acción escénica es armonizada y cantada con acompañamiento instrumental.
Al lado de esa práctica, bien merece hacerle aquí un lugar necesario a los años 60, 70 y 80; años a los que hay que registrar como el modelo fresco, el ciclo luminoso en donde se llega a poner la cultura y novedades de la época, en sintonía con el esquicito arte de la música. Tanto es así, que, la diversidad del posmodernismo, aún no tiene una respuesta idónea para ninguna de sus solemnidades estéticas de entonces, todas susurrantes de poesía.
Así, de un tiempo acá, grandes períodos de la buena música se han visto disminuidos, abigarrados de tenderetes necios; de metaidealismos librados al estilo estridente del reggaetón; un género musical de ascendencia afroantillana, e influencias traumatizantes del hip hop norteamericano.
Lo demás es agenda reciente. Habrá por tanto que seguir voceando ante la mirada antiestética, achatada y vacía de ese banal remedo musical, en medios y revistas como la de “Amigos de la Música Zuliana, AMUZ., del Ing. y editor Iván Darío Parra, hasta retrotraer su expresión más acabada de su tiempo, a la propia alma de su filosofía histórica. Ponderación admirativa que ya estamos echando de ver por cierto, en creadores, arreglistas y cantantes importantes de este tiempo.       
                                          
Manuel Martínez Acuña

martes, 3 de diciembre de 2013

DE AUTOR DESCONOCIDO

NADIE ALCANZA LA META CON UN SOLO INTENTO, NI PERFECCIONA LA VIDA CON UNA SOLA RECTIFICACIÓN, NI ALCANZA ALTURA CON UN SOLO VUELO.
                           De autor desconocido.