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jueves, 23 de abril de 2015

LA BARBARIE Y UN BRILLANTE CIENTÍFICO




ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN MI COLUMNA DE PANORAMA DE TODOS LOS VIERNES, A POCOS DÍAS DE SU MUERTE, OCURRIDA UN 17 DE MARZO DE 1999.

A p u n t e s
LA BARBARIE Y UN BRILLANTE CIENTÍFICO
Manuel Martínez Acuña
      Para aquellos a quienes todavía la civilización se les antoja selva, y por lo tanto actúan como si no les interesara ver más que jungla, el follaje primitivo, o, como dice Breyssig, al hombre congelado en el tiempo, pareciera no importarles el saber histórico, la memoria del pasado. Pero lo más desconcertante de todo es que, bajo estas inocentes imágenes, se esté arriesgando lo más racional de la inteligencia -precisamente entre personajes importantes de la política y de la ciencia-, con relación al insólito e inexcusable desprecio de que ha sido objeto el legado, la última voluntad, la donación de una valiosísima biblioteca y unas cuantas unidades de laboratorio, de tanta coyuntura histórica y personal -dejadas abandonados en un depósito de la Universidad del Zulia-, del más universal de los científicos venezolanos, como lo fue el zuliano Humberto Fernández Morán. Ejemplo bien claro de nuestros valores fundamentales que, de buena ley, no sólo identifican hoy la ciudad y el país, sino también a Iberoamérica y su gente. Ahora bien, ¿será cuanto acaba de ocurrir un hecho vinculante todavía con aquel 23 de enero de 1958? ¿Es acaso que aún persisten, sin desvíos ni retrocesos, las pasiones políticas que dieron paso a aquel terrible ostracismo? Sea cierto o no, todavía parece cosa incómoda de negar. 
      Sería todo muy fácil si ahora se dijera, que ya es una cosa arreglada. Que se honrará la donación. Pero si este mal no se le echa ahora definitivamente de la política criolla, de la sociedad, de las universidades, de nuestra cultura, de las zonas cotidianas de la vida venezolana -donde está encajado-, volverá a repetirse. Y la molicie terminará aniquilando todo vínculo con el pasado, toda posibilidad de vivir a la altura de los nuevos tiempos.
   ¿Se ha pensado en lo que significa exponer a la pérdida, libros, equipos, notas y apuntes personales de Humberto Fernández Morán; posiblemente referidos al Bisturí de Diamante, al Microscopio electrónico de Alta Resolución, al Ultramicrotomo, al Programa Espacial Apolo, de la NASA, al IVNIC de Pipe, entre otras realizaciones científicas?. Por eso, al resumir su fisonomía el ilustre historiador J. L. Salcedo Bastardo dijo: “es la personalidad nacida aquí, de más renombre en el panorama científico mundial de toda nuestra historia”.   
      Importa mucho decir aquí que, no obstante no contarme entre sus amigos mejor calificados, mi gran admiración por él me llevó a hacer lo que ese sentimiento coloca ante tal vínculo. Por eso, mal pude esperar mejor fortuna que ir a visitarle motu proprio en su lecho de enfermo, en Estocolmo, Suecia, a escasos cinco meses antes de su muerte, ocurrida un día como hoy, el 17 de marzo de 1999. Allá tuve el honor de conocer a su amantísima esposa, doña Anna Browallius. Allá, en su módico apartamento, ella, en persona, me pidió conservara para la historia once fotos tomadas por su marido en febrero de 1986. Las que contienen su equipo completo de investigación, y, entre otros detalles, una puerta que lleva a un cuarto de estudio, con la siguiente inscripción: DARKROOM – PLEASE KNOCF – BEFORE ENTERING. Y allá tuve también la extraña suerte de poder tener en mis manos un trocito de roca lunar, de los que la NASA le permitió archivar por su cooperación en su análisis, luego de la gran hazaña de llegar a la luna.   
      Nadie que se coloque en una actitud seria y se haga de ella responsable, podrá evitar su malestar por esta mala sombra de la barbarie política. Pero todavía estamos en tiempo. Hoy, de simple parecernos todo posible, podemos hacer el momento para dejar que el mismo gobernalle de la historia, reinstale en un definitivo presente, al más universal de los científicos venezolanos. Y, en solidaridad íntima con el destino de la ciencia, crear la Fundación Humberto Fernández Morán, iniciándola con esta parte de su obra científica.                           

viernes, 10 de abril de 2015


RETRATO EFECTUADO POR EL PINTOR ABDÓN ROMERO

Y, EN MI MEMORIA SU RECUERDO. MANUEL.