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domingo, 22 de noviembre de 2015

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

MI APRECIADO RAMÓN ALBERTO: VOY A TRATAR DE AVIVAR ALGUNAS DEDUCCIONES MÁS RECIENTES, QUE, DE CIERTA MANERA HEROICA, PUEDAN RESPONDER A TU CUESTIONARIO DE PREGUNTAS, ACERCA DE “CÓMO ES LA VIDA A LOS 94 AÑOS”, SIN TENER QUE VOLVER AL TIEMPO DE LAS CINTAS DE TOM MIX.
PUES, BIEN; TE DIRÉ MI QUERIDO AMIGO, QUE, CON EXCEPCIÓN DE LA MALA REPUTACIÓN QUE ACOMPAÑA A LA VEJEZ, ES LA MISMA VIDA QUE SE VIVE A LOS 60, ANTE EL DEVENIR DEL TIEMPO. Y, ES PRECISAMENTE CUANDO VIENE A MANO LA DEVOCIÓN POR LA AMISTAD; LA DEVOCIÓN POR LA FAMILIA; LA DEVOCIÓN POR ESAS PEQUEÑAS Y MODESTÍSIMAS COSAS QUE DAN CUENTA, DE QUE NO TODO VALE SIEMPRE, SINO QUE TODO ES POSIBLE; Y, DE QUE TODO DEPENDE DE DÓNDE NOS SITUEMOS ANTE EL DISCERNIMIENTO UNIVERSAL DE LA VIDA.
EN CUANTO A LO OTRO; DE LO QUÉ COMO, A QUÉ HORA ME LEVANTO, MIS HÁBITOS, MIS LIBROS Y MIS VERSOS, SON EXACTAMENTE, COMO TÚ MISMO DICES, LA CLAVE SITUACIONAL DE MI “ANTI-RENDICIÓN”. APARTE DE MI AMISTAD CON LA LINAZA, EL CAMBUR O PLÁTANO, LA SÁBILA (ÁLOE VERA), TEMPRANEAR ANTES Y DESPUÉS DE DORMIR, UNA COMIDA SANA SIN HAMBURGUESAS, Y DE VEZ EN CUANDO, UN GUISQUISITO.  
UN FUERTE ABRAZO.

sábado, 21 de noviembre de 2015

EN CONMEMORACIÓN DEL DÍA DEL ESCRITOR, A CELEBRARSE EL PRÓXIMO 29 DE NOVIEMBRE DE 2015



A LA SAGA DE UN LIBRO
Manuel Martínez Acuña
            Lo conocí de muchacho. Era apenas un niño. Digamos, un crío recentín; y ya solía separar las sílabas de cada palabra, puntos y comas; es decir, las letras del idioma en sus rudimentos, a modo de ir recomponiendo todo al encuentro de lo imprevisto, de lo impensado; lo nuevo.
            Lo vi tocando puertas con un cuaderno de notas y un libro en las manos. Tal era su temprano empeño, su sino irrevocable, de encontrar claridades a la sombra de la cultura; entre quienes consideraba o sabía bien, podían hacer un lugar donde poder afirmar y organizar sus barruntos cognoscentes. Muchas fueron las visitas que hizo, acompañado de Luis Guillermo Hernández, a mi biblioteca de la Calle 72, a llevarme o a prestarme un libro.
            Venía -adolescente aún-, de la Asociación Cultural “Rómulo Gallegos”, y, de la orientación, dictamen o tutoría, del investigador de la cultura zuliana, Luis Guillermo Hernández (1977-1979). De allí viste un día, de recamados visos, al hacerse de coautor con su preceptor, del Diccionario General del Zulia, (tomo A-K, de 1238p), editado en el año de 1998, por Biblioteca - Banco Central de Venezuela. Y, su 2º Vol. L-Z, por Ediciones del Banco Occidental de Descuento, año 1999 (2412p). A más de una actualización reciente, trabajada por Parra o Semprún. Una obra dada a la anchura y prestancia del Zulia ilustrado.
No sé si es estar o no en lo cierto (aun cuando por momentos lo parece), poder llegar a saber, si este hallazgo experimental, o evolución literaria, vino a madurar en el entonces Jesús Ángel Parra, su acervo cultural. O fue el inicio, la derivación conductiva dirigida hacia lo que suponía latiendo en el universo del conocimiento.
Pareciera, pues, no obstante, haberle quedado corto el tiempo, cuando le vemos fuerte y seguro apurando el paso en el esfuerzo y en el ánimo, por donde va y viene el tropel de las cosas; palpando puertas todavía. Esta vez las de la Universidad, en donde realiza sus estudios sobre ciencias jurídicas y políticas.  
Asume; o toma para sí la emplazada tarea de cuidar la memoria histórica de la región, actualizando en el orden del tiempo y el valor de una crónica bien disertada, la  información periodística y redes sociales, dispersa, sin que quepa desde luego imponer márgenes o espacios para lo subjetivo. Y, así, con identidad de razones y elegancia mental, promueve certámenes poéticos, cursos, talleres, seminarios, clínicas de formación, conferencias, presentación de libros, y, otras tantas coincidencias con el quehacer cultural de la ciudad. Enrumbado hoy desde la secretaría de Cultura de la Gobernación del estado.
Tal es el aporte; el cauce por donde ha discurrido su faena, y, levantado al rango de una norma, las características que deben privar en el ánimo del buen ciudadano. A partir de lo cual, bien sea tanto como Jesús Ángel Parra, o tanto como Jesús Semprún, la ocasión de este desdoble de personalidad, no se diferencia en nada esencial de la escena vivida. De sus resultados. Que, por cierto, no es ésta una dispensa que a menudo es concedida de plano, sino solo en razón de aquellas obras que son capaces de embellecer el mundo, y de llenarlo con su renombre.  
De suerte pues que, ser actor y espectador, donde hay obra, es juntar algo en el mismo lugar de antes. Es, vestirse de recamados visos, a decir del poema, “Leyendo a Silva”, de Guillermo Valencia. O, bien, es andar a la saga de un libro.

viernes, 13 de noviembre de 2015

jueves, 5 de noviembre de 2015

LA FOBIA, O PERSONIFICACIÓN DEL MIEDO



LA FOBIA, O PERSONIFICACIÓN DEL MIEDO
MANUEL MARTÍNEZ ACUÑA
            El aspecto de mito que proporciona el término fobia, por ser una palabra derivada del griego fobos (hijo de Ares y Afrodita), sin que esto sea decir que tal configuración es parte literal del sujeto heleno, está enfocado a tomar campo no solamente a través de los componentes o trastornos de salud emocional o psicológicos, sino también de casos más específicos como el miedo a estar solo, miedo a los espacios cerrados, miedo a la oscuridad, o miedo social, entre un conjunto considerable de síntomas, de especial relevancia asignados al síndrome de la fobia.
            La propensión moderna de llevar consigo una filosofía y una conducta encadenada a los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y el de las máquinas; tras el mal uso o falta de adaptación a las activaciones tecnológicas, puede originar problemas físicos y psicológicos, de estrés y ansiedad (según los entendidos en la materia), y conducir a situaciones irracionales compulsivas tan marcadas, como para dar lugar a un determinado deterioro de las emociones personales.  Se cree que las mujeres son dos veces más propensas que los hombres a sufrir fobias.
            Nada hay de extraño, pues, que, si el solo hecho de aprender a utilizar el gran número de dispositivos de que disponen las nuevas tecnologías, genera tensión, una sobrecarga de su aprendizaje no escaparía de una perturbación anímica, como señala el psicólogo Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad española para el estudio de la ansiedad y el estrés.
            Cabe por tanto hacer aquí algunas breves anotaciones sobre la tonalidad compulsiva de esta anomalía psicosomática, solo en cuanto a la aserción absurda que se presenta con apariencias de verdadera. En efecto, la fobia puede presentarse de muchos modos, y sentirse desde luego acompañada de un cierto miedo más o menos consciente y ansioso, que empieza en la realidad y acaba como un objeto paradislero, o, sea, a la caza de las cosas fingidas o inventadas.  
            Algunos ejemplos de ello son, la acrofobia, miedo a la altura; la agorafobia, miedo a los espacios abiertos; algofobia, miedo al dolor; androfobia, miedo a los hombres; anteopofobia, miedo a la gente; autofobia, miedo a estar solo; y entre otras más la claustrofobia, que es uno de los tipos más habituales del padecimiento, del que dicho sea de paso, me tocó como ave en su trasvuelo, sufrir sus consecuencias; hasta que el azar heroico de un fuerte impacto recibido tras el claustro oscuro de un navego transatlántico de diez horas desesperantes, fue la remisión de la dolencia. Pues, para mí sorpresa, todo me hizo suponer que la exposición a la que me di entero por tanto tiempo al objeto que me causaba la fobia, tal vez hizo que yo terminara familiarizándome con su miedo, hasta dejar de temerle. Desde entonces, o después de haberla enfrentado solo, no le temo a los ascensores, a la oscuridad ni a la reclusión.
            Ahora bien; hablando de casos recuperados como el citado caso personal, cabe entonces ir al encuentro con las preguntas y sentencias formuladas por los entendidos, acerca de la utilidad de la psicología conductiva, la cual, para beneplácito de los pacientes, ha alcanzado el promedio del 90% de la investigación clínica.  
            Después de todo, la imaginación humana es una fuerte droga que nos permite trabajar con la meta, de cambiar los patrones de pensamiento que están contribuyendo a su miedo.           

lunes, 2 de noviembre de 2015

GIROS DE LA EXPERIENCIA



GIROS DE LA EXPERIENCIA
LA EXPERIENCIA, COMO SE MIRE, ES EL FRUTO DE LAS EQUIVOCACIONES. A VECES SUELE SER CAUSA DE SUCESOS CONTRARIOS A LO QUE SE ESPERA, PUES CON EL PASO DEL TIEMPO SU USO, MODO O COSTUMBRE, PIERDE ACTUALIDAD O VIGENCIA. E IGUALMENTE PUEDE LLEGAR A SER TAMBIÉN UNA ADVERTENCIA DE LAS COSAS FUTURAS, POR MEDIO DE SEÑALES, INTUICIONES O SENSACIONES, A LA VISTA DE UN SUCESO CUALQUIERA.
                                                                                                                              MANUEL MARTÍN ACUÑA
02/11/2015