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sábado, 7 de julio de 2018

ENREDOS EXPECTANTES DEL TANGO ·UNO"


ENREDOS EXPECTANTES DEL TANGO “UNO”

Pues bien; si toda labor de cultura es una exégesis de la vida, la música lo es del alma. Es el camino que, a través de sus ritmos, armonías y símbolos, se llega a encontrar ese vago sentido natural y humano de las cosas. Por lo que, a partir de esta perspectiva, o, de este propósito, pretendemos recoger de la letra y música del tango “Uno” -no tanto lo visto como lo imprevisto-, de esa serie de impresiones fugaces aprisionadas en el angosto cuerpo de un octosílabo, endecasílabo, o cuatro sílabas, dentro del complicado andamiaje conceptual de esta apasionante y patética canción. Y, así como las cosas recordadas purifican e idealizan los objetos (además de obrar sobre nuestros sentidos), el tango “Uno” cuenta con una cualidad distinta de la realidad de la que poseen sus elementos. Es decir, la sombra que sobre él vierte el conocimiento de la verdad con que se sale del engaño o error en que se estaba.
Pero, ¿es esto lo que hace el amor? Por supuesto que no. Un amor sólo acaba donde otro empieza; o cuando además no lo poseemos a la buena, ni está penetrado del sentimiento de afecto, cariño y entrega recíprocos, que hace la diferencia entre ese superior vínculo inalienable, y, el impulso sexual. ¿Nos hemos preguntado alguna vez dónde comienzan y dónde terminan los límites del amor? Según Hegel, “todo consiste en marcar sus confines, aproximarlos y distanciarlos a la vez para que convivan, y no se confundan ni aniquilen entre sí.”
De entonces acá, el tango “Uno” ha caminado mucho entre famosos intérpretes como Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Roxana Fontan, Luis Miguel, Julio Iglesias, o Miguel Ángel Díaz, entre otros, personificando la historia de un amor abatido por la tormenta de una traición extraviada. Y, del otro lado, aquel otro amor destinado a convertirse en humo, a pesar de que todas las apariencias le sean favorables; a decir de una de las estrofas de ese canto a una ilusión desesperada, atribuidas esta vez a Roberto Goyeneche, que señala palmariamente esta desventura: “Pero Dios te trajo a mi destino sin pensar que ya es muy tarde y no sabré como quererte...”
De ahí que, toda esta afanosa batalla o desencuentro de palabras trabadas en el tango “Uno”, son como esas sendas dispuestas a dar cabida a las cosas y sentidos de la vida, tras las culpas del desamor, envilecidos al paso de la decepción y el desengaño. Razón porqué suponer entonces, que no cabe hallar en el tango “Uno” ningún otro impulso; ni nada que no sea consecuencia de la traición.   
“Uno” es un tango del año 1943, con letra de Enrique Santos Discépolo y música de Mariano Mores. Su gestación ha sido muy larga, debido a que su música fue escrita mucho antes que la letra.
De todo esto se llega, en suma (a pesar del tétrico reflejo de un amor destruido), al frescor y a la sobria fragancia del arte literario. Se llega al plano imaginario por donde se desliza, por decirlo así, la gravitación estética de la sustancia poética, de la que hace gala tanto el autor de la música como el autor de la letra del tango “Uno”. De esta forma, la inercia de la que está compuesta la realidad del texto, adquiere movimiento y se convierte en una obra de arte a la vista del lector, por encima de toda otra interpretación.    

07/07/2018   

2 comentarios:

ARMANDO MARTÍNEZ NAVA dijo...

Armando Jose Martinez Nava ENSAYO TANGO UNO

Querido padre, he visto una vez más, a través de este ensayo, la belleza y musicalidad que siempre impones a lo que escribes. Hay algo de tristeza y languidez en el tango Uno, pero el sentido poético y a pesar de su aspecto macilento, ha soportado sin vanidad el paso del tiempo, sin palabras inútiles y verbo insolente como tantas “canciones “ actuales. Justo valor al tango. Bendición. ArM
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· Responder · 1 h
Manuel Antonio Martinez Acuña
Manuel Antonio Martinez Acuña GRACIAS, HIJO, POR EL CARIÑO CON QUE ESCRIBES EL COMENTARIO A MI ENSAYO SOBRE EL TANGO "UNO" SI, ASÍ ES. ESTE ES EL SENDERO QUE TENGO MÁS A LA MANO PARA ENTRETENER EL TIEMPO. UN FUERTE ABRAZO, Y, QUE EL DIOS DE MIS PADRES TE BENDIGA.

IVÁN SALAZAR ZAÍD dijo...

ME GUSTA MUCHO TU ANÁLISIS, ME GUSTA MUCHO ESE TANGO, Y ME GUSTA CANTARLO.