CORRIDAS DE TORO
¿ARTE O BARBARIE?
Recientemente
apareció en algunos medios la gran noticia, de que el nuevo alcalde de
Maracaibo, había prohibido mediante decreto, las corridas de toro en la
jurisdicción; hecho trascendente que desafortunadamente no ha tenido la difusión
necesaria que debió tener en lo hablado y escrito hasta ahora; encadenado por
supuesto, como siempre, al viejo prejuicio de las torceduras.
Desde
hace tiempo, la fiesta taurina ha sido objeto de controversia y debate, por
considerase poco didáctica, además de que diferentes organizaciones piensan que
las corridas de toro son una práctica de la crueldad con los animales. Por lo
que tradicionalmente se ha abogado por su restricción o prohibición total.
Contra esa práctica, muchas
asociaciones protectoras de animales han negado enfáticamente que las corridas
de toros, puedan ser equiparadas a una manifestación cultural, artística o
deportiva, si a fin de cuentas lo que provocan es dolor, angustia, sangre y
muerte. Y lo que es peor aún, pueden conducir, de alguna manera, a la
deshumanización de la humanidad, y, a la devastación de los principios
naturales.
En
Canarias, por ejemplo, las corridas de toro fueron prohibidas por la ley 8/1991
de 30 de abril, señalando como objetivo fundamental, la protección de todos los
animales domésticos.
Así
y todo; y, con el valor y arresto demostrados con la Resolución Municipal, la
palabra justicia taurina parece
haber llegado finalmente a Maracaibo, con la prohibición de las corridas de
toro y sus antivalores; desde los morales, económicos, estéticos, políticos y
culturales, hasta los religiosos.
Enhorabuena, a un evento sin
precedentes como éste.