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sábado, 21 de julio de 2018

EL ESTOICISMO FILOSÓFICO O FORTALEZA DEL ÁNIMO


EL ESTOICISMO FILOSÓFICO O FORTALEZA DEL ÁNIMO
Al margen de su significado etimológico y, de otros conceptos históricos, la filosofía estoica, es, según Séneca (su seguidor tardío), la ciencia de la conducta o la doctrina ética práctica de vivir conforme a los dictados de la naturaleza. Nace como una disciplina puesta a distancia de las explicaciones míticas que, para esa época, predominaba en la cultura griega; y así poder determinar el sentido de su existencia, y su relación con los demás seres que componen el orden del universo. La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio hacia el año 301 a. de C. en Atenas.
Pues bien; mostrado ya algunos tópicos y su modo de aplicación de entonces para acá, intentaremos ahora tipificar los esquemas mediante los cuales la voluntad del hombre está encaminada a saber diferenciar la satisfacción inmediata, de la gratificación duradera; y a no buscar las magnificencias de la sabiduría como tal, a cambio del fruto de su utilidad; como lo sentaban los presocráticos. Es de aquí de donde el estoicismo filosófico se separa de todas esas ramificaciones metafísicas que se enfocan en complicaciones que no aportan nada a la vida cotidiana.
Por tanto; si estás contemplando el horizonte y aún esperas el sol del porvenir, dice Séneca, “trata de cambiar lo que puedas, e ignora lo que no.” Y, si quieres encontrar el bien y el mal, búscalo  en ti mismo, e inquiérelo de tus propias decisiones.” Y, Epicteto agrega: “De qué te sirve por ejemplo arrepentirte del pasado, angustiarte por el presente, o estresarte por el futuro, si el pasado no existe más que en la memoria, y las circunstancias del presente solamente pueden ser cambiadas en el futuro (si fuera el caso), y el futuro es incierto.” Y, esto otro de Marco Aurelio: “Hoy escapé de la ansiedad. O no, la descarté, porque estaba dentro de mí, en mis propias percepciones, no afuera. A lo que añade Nassim Taleb definiendo al estoico como “alguien que transforma el miedo en la prudencia, el dolor en la transformación, los errores en iniciación y el deseo en una misión.
De suerte que, conocido ya en qué consiste el estoicismo filosófico enfocado por estos tres o cuatro últimos personajes, pasemos ahora a extraer de tales principios, la savia de actualidad para los que viven todavía un pasado aquejado por la angustia o aflicción del ánimo, que tanto afecta el alma o el espíritu en cuanto es o son umbrales de la actividad humana, o eslabones de esa escalera. Así se pasa por muchas cosas duras en la vida, pero lo importante es no rendirse, ni dejar que la mente se disperse.       
En efecto, y visto ya de entrada todo cuanto el entendimiento puede producir sin dar carácter objetivo a la piedra de toque de la experiencia; ni contener, por decirlo así, más que el puro esquema de lo temperamental, lo debido será sin duda aprender a encontrar la paz mental, controlando la voz interna o el estado emocional, sin importar la situación actual de cada quien. Pues la felicidad consiste después de todo, en saber sacar el mejor partido a todo lo que acontece en el camino.     
En suma, objetivemos en consecuencia todo aquello que la metafísica ha separado de los componentes físicos e históricos del estoicismo filosófico, aceptando las reglas del juego y, tratando, además, de vivir lo más cerca posible de nuestra propia naturaleza, alcanzando la tranquilidad de espíritu y, controlando los sucesos a los que a diario nos enfrentamos durante nuestra existencia. 
21/07/2018.         

1 comentario:

Albert dijo...

Información muy útil sobre el estado de ánimo, muy importante para usar en nuestra mente, aunque siempre que se tenga un problema es recomendable acudir a un psicólogo https://elitepsicologos.es/