POR TODO ESTO
Bajo todas las formas, son momentos;
es
el tiempo que habla de las cosas,
de la equívoca paz de los conventos.
Habla del hombre, canción de las edades
y, del niño tumulto,
atrapado en la humilde alegría
del juguete pobre.
Son telones que vagan
separadamente, uno y otro,
con la cara al viento.
Como el árbol que anida en su fronda,
la ilusión de unas alas.
Como rayar de albas,
que
unen y separan los colores,
entre el día y la noche.
O, cual orgía taurina
que adorna la embestida,
para luego montar en la ovación,
el olé
de la tortura.
Tan absurdo es el mundo
que, para explicarlo,
el hombre crea Dioses
atropelladamente;
tras ese misterioso desierto
poblado de soledades
y, de sueños.
y, de sueños.
Manuel Martínez Acuña
02/10/2015
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