Allá, en Barrio Adentro I y II, están los envigados. Está el asiento de
un equipo de profesionales de la medicina dedicado a prevenir y curar -a tiempo
exclusivo-, cuánta patología les es llevada
a consulta por decenas y decenas de pacientes que a diario acuden a esos
centros de diagnóstico y rehabilitación integrales, en busca de la preciada
salud. Un privilegio de pocos que ahora ha pasado a ser lo que es: un derecho
de todos. Por tanto, no está demás decir que, nunca antes en Venezuela se había
organizado un sistema nacional de salud con tanto contenido social y, la sombra
humanitaria que la sigue.
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