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Poeta Martín Añez Recitando un poema suyo |
e suerte pues que, sin más ni menos, el grupo
fue creciendo con la incorporación de Leggio Joaquines, Fernando Bermúdez Arias,
Ángel Vela y Rafael Arauja Valencia, entre otros. De modo que resolvimos, para
mayor comodidad, hacer los jueves
literarios en un restaurante de la localidad;
para lo cual hablamos con los dueños de La Estrella, Manuel, y el de El Mandarín, Alfonso, a objeto de tener disponible un salón amplio y una mesa de trabajo apropiados, donde alternar las reuniones, y, poder abrir los portafolios llenos de papeles a medio escribir, y de odas, elegías, baladas, trovas o sonetos, aprisionados en lo ideal latente. Unos en la concepción surrealista de libre lenguaje, y, otros en el estrecho y clásico cuerpo de unos endecasílabos petrarcanos.
para lo cual hablamos con los dueños de La Estrella, Manuel, y el de El Mandarín, Alfonso, a objeto de tener disponible un salón amplio y una mesa de trabajo apropiados, donde alternar las reuniones, y, poder abrir los portafolios llenos de papeles a medio escribir, y de odas, elegías, baladas, trovas o sonetos, aprisionados en lo ideal latente. Unos en la concepción surrealista de libre lenguaje, y, otros en el estrecho y clásico cuerpo de unos endecasílabos petrarcanos.
La norma era leer cada vez, como introducción a la tertulia, un tema
literario de libre escogencia, y, ser sometido -concluida su exposición-, a un
análisis crítico basado en nuestra visión universal de conjunto y el gran mundo
de la poesía, ceñida desde luego a la historia, pero sin caer en el purismo
categorial, ni en el postmodernismo de finales del siglo xx; entendiendo las
cosas del arte -a las que aspirábamos acercarnos-, tan solo como una comunidad
de aprendizaje.
Cómo
entender entonces que, siendo el arte poético la expresión más alta de la
belleza, tenga que pasar por este ciclo concluso, disminuido, que por alguna
adversidad del destino se repite siempre idéntico, como ha sucedido con los
grupos literarios Apocalipsis (1955
–1958); en el que se encontraron entre otros, Cesar David Rincón, Hesnor Rivera,
Ignacio de la Cruz, Atilio Storey Richardson, Laurencio Sánchez Palomares, Miyó
Vestrini, Régulo Villegas y Néstor Leal.
El grupo literario Los mechudos
El grupo
Seremos (1925-1928) fundado por
Valmore Rodríguez junto con Jesús Enrique Lossada y Manuel Noriega Trigo.
Y,
en los últimos tiempos, El Círculo
Literario Juvenil de la Asociación de Escritores del Zulia, de cuyos entes
tuve el honor de ser tutor y presidente, antes de producirse años después su lamentable fin.
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