NOCIONES VALORATIVAS
DEL AMOR
Manuel Martínez Acuña (09/12/2016)
El
término toma varios significados, dependiendo por supuesto de cómo sea
empleado. Es un sentimiento de afecto, una constante universal que mueve al
mundo, y, que habitualmente se polariza en función del amor romántico y sexual,
o, a la empatía, como identificación expresiva.
Pero en la mayoría de los casos simboliza
un gran afecto por algo que ocasiona placer o felicidad a quien realiza su
acción. Desde luego, amor no es sólo mirarse el uno al otro; no es la cama; no
es una simple relación amatoria; es algo de más menester. Sobre todo como valor
y realidad, cuando llega a tener alcances o jerarquía familiares, además de la
amistad. Aunque generalmente suele tener otros contornos y expresiones
instintivos, que consiguientemente complementan su existencia.
Pues bien; así como las verdades una
vez sabidas adquieren un revestimiento utilitario, y, son usadas también como
recetas útiles, el amor no escapa a esa realidad. Es así como al azul que le va
delante, le damos a veces una cualidad distinta a su hora de esplendor,
palideciendo su color.
En este orden, y, atadas a otros
conceptos, puede haber otras cosas de esas que se llaman fina ironía disimulada;
y, que, dichas por celebrados e ilustres pensadores, se convierten en placer estético
de aspecto bello y elegante. Así, por ejemplo; para el escritor británico
William Shakespeare, el amor es como “un manjar para Dioses cuando no lo guisan
diablos”. Para el poeta y periodista nicaragüense, Rubén Darío, en otro
contexto señala que, “la vida sin amor es pura prosa”; con lo que casi está
diciendo que, sin la pareja, “la vida no tiene chispa, le falta encanto, no
tiene emoción”. Así y todo, el amor probado se conoce por lo que da, no por lo
que pide.
O,
aquello que, con otras palabras más cultas y mejor pensadas, dijera una vez con
relación al mismo tema, el Quijote: “todo vale verdura sin la dulcinea”. Y, Mario Benedetti por su parte dice:
“El amor es una palabra, un pedacito de utopía, es todo eso. Es una isla, una
borrasca, un lago agitado. Es una alcachofa que va perdiendo sus enigmas hasta
que queda una zozobra, una esperanza, un fantasma”. Y, en su poema titulado “Medios
de comunicación –tomando partido del humor-, Benedetti apunta: ... “Ya lo sabes, sin tropos ni bengalas. La traducción de
boca a boca en el beso bilingüe, van circulando dulces noticias”. Con lo cual
casi está diciendo -como en su caso Darío-, que esa dialéctica del beso de
nuevo cuño, de ordinario linaje, no tiene la esencia romántica de otros tiempos.
Ahora bien; derivados de conexiones
entre significados -según afirma Fernando Sabater-, las cosas no son lo que
son, sino lo que significan para cada quien, a través del valor que les
otorguemos. Por eso el amor tiene tantas fases subjetivas, inmarcesibles y
anchurosas, capaces de ostentar o hacer patente su apasionante coloración de
alborada.
No en vano, Jacinto Benavente, acuciado por su honda
comprensión del amor, dice al respecto: “La felicidad está en la siembra, no en
la cosecha”.
2 comentarios:
Francisco Javier Rivero V
Don Manuel. Espectacular su tratado sobre el amor. Lo felicito. Me hizo recordar la filosofía de 2 pensadores. Una, de Paulo Coelho, dice: "amar a una persona es una cosa. Que una persona nos ame es otra. Pero que nos ame la misma persona que amamos, es lo máximo". Y
la otra es de Woody Allen:
"El amor hace las preguntas. El sexo, las respuestas".
Continue con su sabia información. Van mi respetos y consideración
Manuel Antonio Martinez Acuña Mi apreciado y respetado doctor Rivero . Muchas gracias por su amable calificación hecha a mi ensayo sobre el amor. Saber de dónde proviene esa calificación, hace feliz a cualquier escritor, por la calidad y sabiduría de quién la otorga. Muchas gracias de nuevo. Un fuerte abrazo
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