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suerte que siempre me ha acompañado, la vida me ha dado más de lo que merezco,
en la medida de las ambiciones. Entre los hechos más significativos o fundamentales
de la existencia, mi familia y mis amigos han jugado un papel importante,
decisivo y hermoso, en mi realización como padre, esposo, hijo y escritor; o, emborronador de
cuartillas.
De ahí que mis amigos no sólo fueron los mejores, sino que con sus
frecuentes conversaciones acerca de los grandes clásicos, temas filosóficos,
recitales poéticos, etc.; y, la continuidad de mis artículos de prensa, hicieron
la diferencia, respecto a mis carencias crónicas.
Algo
que no faltaba en el entorno; es decir, en la vasta amplitud del mundo interno
de nuestras tertulias literarias, era el toque picaresco de uno de los poemas
del peruano Ricardo Palmas, que con su fino humor movía a risa a muchos de
nosotros, al referirse a un mozo que quería ser poeta.
Veamos:
LA POESÍA DE RICARDO PALMA
Será cosa de demonio o brujería
eso de escribir versos le decía
no sé si a Campo Amor o a Víctor
Hugo,
un mozo de chirumen muy sin
jugo.
Maestro, enséñeme siquiera
a hacer una oda chapucera.
¡Caramba!, no es cosa de estar
en los cabales,
eso de que alguien quiera ser
poeta.
Pero en fin, es sencilla la
receta:
Ponga Ud. las palabras en línea,
luego en fila las junta,
y ponga una consonante en cada
punta.
¡Maestro!, ¿y en el medio?.
¡A!, ¿en el medio?,
ese es el cuento,
hay que poner talento.
Años atrás, en los encuentros
literarios con mis amigos, efectuados en mi casa de la calle 72, en su amplia
terraza del segundo piso, eran casi infaltables mis amigos Guillermo Ferrer, Berty
Ríos, Vinicio Romero Martínez, Roberto Jiménez Maggiolo, Gabriel Bracho, Velia Vosh, Roger Porras
Belisario, Alejandro Rojas Gallardo, Edie Gonzales, Hercolino Adrianza Alvares,
Martín Añez, Camilo Balza Donatti ; y a veces, Lucila Palacios, José Mendoza
Angulo, Manuel Matos Romero, Mariano Parra León, Adalberto Toledo, Pedro Alciro
Barboza de La Torre, Humberto Rivera, Guillermo Morón y, Roberto Lücker, entre
otros tertulianos.
Unos
y otros tomaron carreras disímiles, diferentes. separadas; por ejemplo
medicina, derecho, milicia, sacerdocio, periodismo, astrofísica, ingeniería o
historia; pero una preocupación espiritual coincidente por las bellas artes,
terminó por juntarlos en el ámbito literario.
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