POR QUÉ LA SOLEDAD
Describir este sentimiento
interior, no es fácil, y el signo que lo apremia, parece esconderse en la zona
crepuscular de la vida. No obstante pudiera ser mejor comprendido, en tanto y en
cuanto hagamos un esfuerzo por trasladar a la explicación, un método aproximado
que dé cuenta de su múltiple causalidad. Pues el punto de encuentro con la
soledad, no sólo está en lo subjetivo del estado de ánimo; sino que puede ser también
-además de lo fría y desierta-, una elección de reencuentro consigo mismo; ser si
se quiere, la más fiel amiga, o acaso una vía reveladora de crecer como persona.
Pero así y todo, La
soledad hace profuso el limbo del silencio, y, camina despoblada, vacía, por
estrechas calles de guijarros y de gente que diserta sin hablar, que oye sin oír
el susurro en las paredes, de manera patética y ambigua. Mas, no hay que vivir
solo para sentirla; pues a veces hace que la multitud le sea indiferente, despegada, y,
acabe siendo el revés de lo que el alma alberga.
Hay otras afinidades o
semejanzas con la soledad, como los hábitos socialmente distraídos, la incapacidad
de establecer relaciones con los demás; o hirsutas distorsiones de la percepción y el
tiempo, etc.; en donde el espíritu humano parece reflejar, como en un espejo,
las visiones más pesimista y amargas del destino (como si de él todo
dependiera), y todo lo demás que desdice de la voluntad de vivir el tiempo que
nos vive; tras el juego de dados de la existencia. Pero lo más curioso es saber
que, los jóvenes suelen adaptarse mejor a la soledad, que las personas mayores,
según un estudio realizado por la Universidad de MacGill, en Montreal, Canadá.
De allí que abunden los
filósofos, que ven la soledad como una forma de alcanzar lo excelso. Ejemplo de
ello es, Arthur Schopenhauer, quien sostenía que, la soledad es la suerte de
los espíritus excelentes.
La soledad finalmente -cuando
es impuesta-, puede ser una posible causa de depresión, alucinaciones, aislamiento y
reclusión. De algunos espacios y lugares ásperos y desapacibles, entre intervalos y
pausas. Más, aun cuando no es el fin en sí mismo, también nos permite
descubrirnos y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos.
Nadie puede sentirse
solo, si está lleno de ilusiones, si hay un leer pensativo. Una formación y
madurez intelectuales Si hace entrar el suceso en el curso natural de las cosas,
donde el pasado y el futuro se abren a ambos lados del presente.
Maracaibo 30 de octubre, de 2014.
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